Hace unos días conocíamos un dato más de la inmoralidad política que rige el Ecuador, resulta que un gran número de asambleístas habían fingido tener discapacidad para obtener un carnet que les exonerara de impuestos, y así poder comprar automóviles de alta gama a precio de ganga.
Este acto de corrupción, se junta a lo criminal de haber hecho negocio con la pandemia, comprando a sobrecosto muchos de los escasos materiales médicos que se han utilizado, hicieron su negocio con el dolor del pueblo, con el sufrimiento, demostrando una vez a todo el país la clase de políticos corruptos y sinvergüenzas que gobiernan Ecuador.
Con una justicia comprada, con unos medios de comunicación vendidos que adulteran la información, la vieja clase política se ha fortalecido, si ya el gobierno de Lenin Moreno era un traidor y corrupto, con estos actos se puede considerar como un gobierno criminal que ha cometido crímenes de lesa humanidad, amparado por un Asamblea Nacional que se frota las manos ante cada sufrimiento del pueblo ecuatoriano, que ese mismo parlamento es la mayor cueva de ladrones.
A estos males hay que agregarle que en las próximas elecciones no existe ninguna alternativa a las desgracias de la actualidad, aún queda pueblo que piensa que Rafael Correa es una opción, pero siendo autocríticos debemos reconocer que Correa también es parte del problema, con esto no digo que Correa sea culpable de todo lo que se le acusa, pero en todo sus años de gobierno se desperdició un tiempo y unos recursos que podían haber servido para profundizar el proceso, en lugar de ello se recurrió a un estilo de política progresista que no abandonó en modelo burgués y permitió que la oligarquía continuara campando a sus anchas.
